Cultura, es un término que aplica a los pueblos, a los estratos sociales, a las épocas. ¿Tienes en cuenta cómo aplica el término dentro de una organización? Tener en cuenta la cultura organizacional ayuda a formar una visión realmente estratégica acerca de las marcas.

¿Qué es cultura?

Si bien las definiciones son amplias, podemos definir algunos conceptos comunes:

La Rae en su definición de cultura referencia a Conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc.

Se llama cultura el modo de hacer las cosas propio de una comunidad humana, por lo general determinado por sus características singulares de tiempo, espacio y tradición. Según algunas definiciones, todo lo que el humano haga es cultura.

Elementos básicos de la cultura:

Toda cultura se conforma a partir de seis elementos básicos, que son:

  • Valores. Consideraciones compartidas de lo deseable e indeseable.
  • Normas y sanciones. Un código de leyes, básicamente.
  • Creencias. Un conjunto de ideas sobre cómo operan la vida y el universo.
  • Símbolos. Emblemas, formas o signos que contienen un significado potente dentro de la cultura.
  • Idioma. El código compartido de sonidos que permite comunicarse.
  • Tecnología. El cuerpo de conocimientos y aplicaciones de ellos.

La cultura organizacional

La cultura organizacional, entonces, es el conjunto de normas, hábitos y valores, que se practican en una organización y determinan su forma de actuar con sus públicos. La cultura de una marca es parte de esos intangibles internos, que determinan el grado de coherencia general de una marca, alineada o no a la organización como parte de la misma.

La definición más aceptada de Cultura Organizacional es la de Edgar Schein:
Cultura organizacional es el patrón de premisas básicas que un determinado grupo inventó, descubrió o desarrolló en el proceso de aprender a resolver sus problemas de adaptación externa y de integración interna. (Edgar Schein, 1984).

Esto es: la cultura organizacional debe permitir resolver las situaciones cotidianas que se presenten, y asegurar la permanencia y diferenciación en su área de actuación, a la par de integrar a los miembros de la organización y asegurar, lo más posible, su pertenencia.

La importancia de la cultura de marca

En un contexto siempre competitivo las marcas deben generar una fuerte identidad, Identidad Corporativa y cultura de marca, en un contexto dinámico de mejora continua, de detección de errores y procesos; y si es necesario cambiar los supuestos de su cultura organizacional en función de maximizar sus resultados. Entender cómo afectan los elementos comunicativos en el público interno, o el proceso de compra por parte del cliente, son ejemplos claros de componentes de la cultura de marca que sin duda influyen en los resultados y cuentan la historia de la marca.

La cultura de marca incluye esos intangibles, que no son el producto, por lo que la gente nos elige.

Por lo tanto las organizaciones deben comprometerse a gestionarla.

Las decisiones acerca de la Identidad Corporativa y su cultura son una problemática estratégica para las organizaciones, La forma en que la empresa gestiona una marca influye enormemente en ella. Y la devolución de su consumidor moldea, sin duda, la forma en que la empresa se comporta y afronta sus desafíos. Por lo tanto, la cultura de marca es aquello que se forma a través de la empresa y sus valores, pero que es devuelto y medido a través de las acciones y reacciones de sus consumidores.

Es entonces la marca y la cultura corporativa donde deben centrarse los esfuerzos, que luego serán el eje de la acción y las tomas de decisiones de una organización.

En Malta, buscamos analizar y entender la cultura de marca para que cada proyecto aporte a ella y a su indudable valor para la organización.

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